La Artemisa desinflama, desintoxica, modula el sistema inmune —activando los componentes que requieren un empujón y reduciendo la producción de las partes que están sobre activadas— ayuda a combatir el cáncer y sirve para tratar eficientemente las enfermedades autoinmunes. Es muy interesante para las enfermedades neurológicas porque repara la microglia e impulsa al organismo a crear procesos de neurogenesis, creando nuevas neuronas y conexiones sinápticas.
Las Artemisias son el mejor tratamiento del mundo contra la malaria, anticancerigenas, inmunomodulatorias, neuroprotectoras, uno de los desinflamatorios más potentes de la naturaleza, y un antifibrótico estelar. Esto es muy importante porque «la fibrosis es un proceso patológico de reparación que puede darse en la mayoría de los órganos y genera casi la mitad de las muertes en el mundo desarrollado»¹.